Posts etiquetados ‘Buster Keaton’


¿Quién tiene la nariz más prominente en los actores? ¿Y en las actrices? Dicen que una gran nariz significa gran identidad y una fuerte personalidad. Claro que hay que tener en cuenta que hay muchos y muchas que ya han pasado por el quirófano… no estaban muy contentos con lo que le había dado la madre naturaleza así que pasta al canto y vualá ¡¡¡marchando una de apéndice!!! dando lugar a rostros cada vez más parecidos, pero también hay otros y otras que están felices con sus importantes narices (grandes), lo que les aporta un encanto particular, así que un ole por ellos y que ¡¡¡viva lo auténtico!!! ¡¡¡abajo las rinoplastias!!!

ADAM SANDLER

El tercer actor que más ganó el pasado año 2011, después de Tom Cruise y Leonardo DiCaprio, y también se encuentra entre los que tienen grandes narizotas, aunque parece ser que ya ha pasado por el quirófano.

ADRIEN BRODY

Larguirucho, ojos caídos y para completar esa nariz larga aguileña, es un auténtico «todo nariz», aún así, no dejan de caerle guiones, buenos o malos.

ANJELICA HUSTON

Heredó de su padre la altura y la audacia personal y de su madre la belleza y su aristocrática nariz, que no fue impedimento para que comenzara sus primeros años como modelo y que la aprovechara para un buen papel de bruja en «La maldición de las brujas» (1990).

 


 

















BARBRA STREISAND

Su nariz ha sido durante mucho tiempo la más ¿famosa? (por no decir diferente) de Hollywood y  del mundo del espectáculo (mi madre suele decir que ella es capaz de pinchar con su nariz un filete que se encuentre en el fondo de una tinaja). Sin embargo, su característico perfil no ha sido impedimento para que su gran talento prospere (sobre todo su magnífica voz) y, por supuesto, que tampoco tenga problemas para salir con hombres y no con cualquiera, entre los que podemos citar a Don Johnson, Warren Beatty, Jeff Bridges,…

Y qué significativa es esta frase dicha por ella misma: «Que duro es envejecer cuando has sido reina de la belleza, yo tengo suerte» (Barbra Streisand)

CARMELO GÓMEZ

Representando al cine español podemos destacar como buen apéndice el de Carmelo Gómez. Se aparta de los cánones de belleza masculina y sobresale por su enorme nariz.

DANNY KAYE

Actor pelirrojo cuya nariz afilada también le sirvió para hacer uso de un humor «absurso» en sus películas cómicas en las que solía hacer muecas, tartamudear y, prácticamente, hacer el «payaso».












DIEGO PERETTI

Actor argentino que trabaja en cine, teatro y televisión. El asunto de que su nariz se grande ya es algo que lo tiene bastante asumido.

Dejó su faceta de psiquiatra y empezó a trabajar en la televisión para posteriormente hacerlo en el cine, siempre caracterizándose por ser “el de la nariz”.

“Algunos me dicen que tengo una nariz muy particular, original. Y otros, que me la tendría que operar. Cuando trabajaba en el hospital, el cirujano plástico me perseguía con el bisturí para que me la arreglara. Pero yo no me fijo tanto, bueno, sé que tengo una nariz grande porque la veo en el espejo, pero, ya ve, no me impide trabajar. Nunca fue tan grande como mi complejo”.

“No hubo una mujer que me dijera ‘no te doy un beso por tu nariz’. Mi nariz atrae, para bien o para mal, pero atrae» (Diego Peretti).

ELLEN DEGENERES

Otra actriz (y presentadora) con un gran apéndice nasal (no he podido encontrar una mejor foto de perfil)

GERARD DEPARDIEU

El actor muy guapo no es, sin embargo, además de haber triunfado en Hollywood ha conquistado a muchas mujeres, a las que poco les importó su gran y gruesa nariz bífida, donde la separación entre los cartílagos nasales es mayor, de ahí que sea visible.

Además, Gerard Depardieu interpretó a un papel con una voluptuosa nariz, Cyrano de Bergerac (1990) para el que no creo que tuvieran que utilizar mucho maquillaje.













GLENN CLOSE

Desde pequeña siempre estuvo acomplejada por su gran nariz, por lo que desarrolló un carácter fuerte, solitario y masculino, sin embargo esto no ha sido impedimento para que interprete grandes papeles en Atracción fatal (1987), Las amistades peligrosas (1988) o Albert Nobbs (2011).

JAVIER BARDEM

El que no sepa quién es puede decir perfectamente que  es boxeador. Posee una nariz quebrada que vista de frente es bastante ancha, lo cual no le ha sido impedimento alguno para que le ofrezcan trabajo hasta en Hollywood.

JENNIFER ANISTON

Es una de las muchas actrices que se han hecho la rinoplastia y que lo han reconocido. Suele ser una de las cirugías más comunes y los rostros de las celebrities lo evidencian por ser tan parecidos.

















JIMMY DURANTE


Recordemos a este actor (El mundo está loco, loco, loco, 1963) no solo como el que tenía una nariz grande, en España lo apodaron «narizotas» (trabajó en algunas películas junto a Buster Keaton), sino que también tenía una voz carrasposa. Juzgad vosotros…

KARL MALDEM

Cuando murió Karl Malden a los 97 años, todo el mundo se acordó de su nariz:

* La nariz del cine americano

* El gran actor de la gran nariz rota

* El actor de la entrañable nariz

* El rostro inconfundible

* La nariz de Hollywood

* El potente secundario de nariz rota

* La espectacular nariz de Hollywood

* El tipo con la nariz más peculiar de Hollywood

* El actor secundario con la nariz más famosa del cine

* El actor con “nariz de patata”

* Uno de los feos más famosos del cine

* El tubérculo nasal por excelencia del séptimo arte

* El hombre de la nariz gorda de Hollywood

* Un actor de narices

* La napia más insigne del cine

* El actor de la nariz ping pong

Medía 1,84 y tenía unas facciones determinantes. No sólo tenía una nariz peculiar, sino que, además tenía una gran cabeza, unas enormes orejas y unas cejas amenazantes, dando lugar a uno de los feos más populares de Hollywood.

La culpa de esa nariz (una gran patata hirviente) tan peculiar fue porque, según algunas fuentes, se la rompió cuando era niño mientras jugaba al baloncesto y otras dicen que fue como consecuencia de un pelotazo en un partido de fútbol americano (no sé qué duele más, un balonazo en la cara de una pelota de baloncesto o uno de una pelota de fútbol americano, el caso es que no quiero probar ninguno de los dos)

Sin embargo él bromeaba diciendo que su gran protuberancia le permitía sentarse en los puestos para minusválidos del autobús. Pero esa marca-seña de identidad le abrió las puertas para convertirse en uno de los mejores secundarios que el cine ha dado a lo largo de su historia.

Recordémoslos en películas como Un tranvía llamado deseo (1951) , Rebeca (1940), La ley del silencio (1954), etc.

PINOCHO

Pinocho también tiene su lugar en esta lista puesto que su apéndice es un poco especial. Él quería ser un niño de verdad pero en realidad era una marioneta de madera. Además, tenía un problema añadido y es que no podía mentir. Cuando intentaba decir una mentira su nariz crecía y crecía, así Gepetto, su creador, siempre le descubría.

ROSI DE PALMA

Una de las “chicas Almodóvar” y cuya nariz hay que destacar y resaltar con gran énfasis puesto que además de grande y torcida tiene forma aguileña ( a lo que hay que añadir, además, un largo mentón y unos grandes dientes). Picasso la hubiera hecho su musa.

To be continued…


Fuente: Yago García de Cinemanía.

¿Crees que lanzarse en caída libre desde la estratosfera tiene mérito? Estos 15 momentos fueron igual de peligrosos, y los pudimos ver en pantalla grande.

Desde luego, la hazaña de Felix Baumgartneres digna de todo respeto: cuando todo el mundo especulaba sobre si lograría batir el récord mundial de salto en caída libre o acabaría hecho una tortilla, el austríaco se lanzó el pasado domingo desde una altitud de 39 kilómetros, rompiendo la barrera del sonido en un descenso que le llevó diez largos minutos. Aun así, como cinéfilos que somos, hemos de decir que ya hemos visto cosas muy parecidas. ¿Dónde? Pues en la gran pantalla, dónde va a ser: para demostrarlo, hemos reunido 15 trucos de especialista extremadamente peligrosos y que, además, forman parte de algunas de nuestras películas favoritas. Porque, puestos a entretener al público, a veces hay que jugarse el cuello.

El hombre mosca (1922)

¿Por qué hizo historia? Como otros pioneros del cine mudo, Harold Lloyd prefería encargarse él mismo de sus escenas de riesgo… Aunque a veces, como en esta ocasión, hiciera un poco de trampa. Es cierto que un especialista dobló al actor en algunos momentos de la escena, y que se tomaron medidas para evitar que Harold se descalabrase, pero aquí no hay transparencias ni efectos de ningún tipo: desde los trompazos contra la cornisa al ejercicio de funambulismo en la azotea, todo es rigurosamente auténtico. De ahí que El hombre mosca haya sido homenajeada en Regreso al futuro y, en general, en todas aquellas películas en las que alguien acaba colgando de las manijas de un reloj.

El héroe del río (1928)

¿Por qué hizo historia? Este gag ha sido imitado tantas veces que ahora puede parecernos poco original. Pero garantizamos que, cuando Buster Keaton (no podía ser otro) se lo sacó de la manga, no sólo era una novedad absoluta, sino también un momento de máximo riesgo. En una era en la que los efectos especiales estaban en pañales, por decir algo, y cuando la seguridad en los rodajes parecía cosa de ciencia-ficción, esperar pacientemente a que la fachada de una casa se desplomara sobre tu cuerpo serrano requería mucho valor.

La diligencia (1939)

¿Por qué hizo historia? Ante el nombre de Yakima Canutt, especialistas de todo el mundo (desde Hong Kong hasta el desierto de Almería) se quitan el sombrero. Como debe ser, puesto que era el hombre a quien John Ford recurrió para las escenas más difíciles de sus westerns. Y, por supuesto, aquí nos fijamos en el ataque indio: Yakima en persona se encargó de doblar a John Wayne cuando el héroe salta de caballo en caballo, una escena que provoca admiración, sobresalto y dolor de entrepierna a partes iguales. Puedes verlo a partir del minuto 5:37 del vídeo.

Ben-Hur (1959)

¿Por qué hizo historia? Sí, hablamos de la carrera de cuádrigas. El director William Wyler no se sentía a gusto realizando escenas de masas, porque lo suyo eran los dramas. Así que, con buen gusto, delegó en tres indivíduos que sí controlaban del tema: Yakima Canutt (otra vez él), el director de segunda unidad Andrew Marton… Y un tal Sergio Leone, que daba sus primeros pasos en el negocio del cine. El guión original del filme describía la escena en una línea. El resultado final fueron casi 15 minutos que tardaron tres meses en rodarse, y en los que se emplearon 78 caballos, 18 carros de casi media tonelada cada uno, un decorado de siete hectáreas y un hospital de campaña con 20 camas, por si las moscas. Una leyenda nunca confirmada afirma que uno de los extras de la escena murió al caerse de su cuádriga, y que el accidente quedó en el montaje final.

La gran evasión (1963)

¿Por qué hizo historia? Pese a ser un motorista experimentado, Steve McQueen decidió no jugársela y delegar en el especialista Bud Ekins para esta persecución a toda velocidad. Con media Wehrmacht pisándole los talones y enfrentado a un terreno accidentado con ganas, Ekins y su moto (una Triumph modificada para parecer un modelo alemán) ejecutaron un recital de motocross en el que no sobra ni un minuto, ni un derrape. ¡Maldita alambrada!

Dos hombres y un destino (1969)

¿Por qué hizo historia? Vale que, para rodar la caída propiamente dicha, Paul Newman Robert Redford fueron sustituídos por dos especialistas. Pero, en defensa de los dos actores, diremos que ambos se arrojaron realmente por una cascada en Colorado, y que el salto (que acabó con ambos aterrizando sobre un colchón) tuvo un nada desdeñable recorrido de 9 metros. Ahora entendemos la naturalidad con la que Butch Cassidy Sundance Kid gritaban «¡Oooooooh, mieeeerda!».

La espía que me amó (1977)

¿Por qué hizo historia? Si Ben-Hur es el modelo a seguir para toda persecución ecuestre, y La gran evasión aún proyecta su sombra sobre las carreras de motos, este momento marcó la norma para todo director con ganas de montar una buena escena de esquí. Rodado en el norte de Canadá, el momento se benefició de un nuevo juguete para cineastas llamado steadycam. Y no es por nada, pero un sujeto llamado Stanley Kubrick merodeó por su rodaje para documentarse sobre el aparato, del cual haría un uso constante en El resplandor. Sólo por eso, nos olvidamos del mono amarillo canario de Roger Moore,de la revisión discotequera del James Bond Theme, y de la (no especificada) cantidad de piernas rotas que debió costar su puesta en escena.

En busca del Arca perdida (1980)

¿Por qué hizo historia? Cinco semanas de rodaje, 50 camiones y 17 especialistas: estaba claro  que Spielberg George Lucas querían sacar partido a su recién estrenado trono como rompetaquillas en Hollywood. Claro que, tratándose de la puesta de largo de Indiana Jones, la cosa lo merecía: a todos los efectos, esta escena ha quedado como la versión motorizada de las acrobacias de La diligencia, tanto por su espectacularidad como por la calidad de su rodaje, y por la visión de Harrison Ford (o, más bien, de su doble) subiéndose a la cabina para tomar el control de la bestia.

La armadura de Dios (1987)

¿Por qué hizo historia? Si hablamos de momentos peligrosos y espectaculares en el cine, Jackie Chan tiene que salir por narices. Aficionado a jugarse la vida en sus películas, el astro de Hong Kong casi se queda en el sitio rodando esta escena, cuando perdió pie al saltar desde un árbol. Jackie salió con vida del trance, pero el trompazo le dejó un agujero en el cráneo como recuerdo, además de dejarle sordo de un oído. Una vez salido del hospital, eso sí, Chan continuó rodando como si tal cosa.

Ong-Bak (2003)

¿Por qué hizo historia? En el mundo del cine de artes marciales, siempre aficionado a llevar las cosas al extremo, es difícil que una escena destaque por su dureza. De este modo, podemos decir que Tony Jaa se ganó la gloria mediante esta demostración de parkour extremo por las calles de Bangkok, donde la estrella tailandesa sólo para de correr cuando le llega el momento de hacer acrobacias. Después de una ordalía como esta (y de una secuela tan floja como Ong-Bak 2), nosotros también nos haríamos monjes budistas.

District 13 (2004)

¿Por qué hizo historia? Siempre en primera fila cuando se trata de defender la grandeur, el productor Luc Besson nos demostró que los franceses no tienen rival a la hora de correr por espacios urbanos. Y, no contentos con poner al prota David Belle al borde de la muerte en más de una ocasión, Besson y el director Pierre Morel (Transporter) situaron esta escena al comienzo mismo de la película. Lo que viene a ser el equivalente fílmico de decir «Somos los mejores, ¿pasa algo?».

Death Proof (2007)

¿Por qué hizo historia? Cuando Quentin Tarantino descubrió a Zoë Bell, ella era la doble de riesgo de Uma Thurman en Kill Bill. El genio de la gran mandíbula quedó tan impresionado con sus acrobacias que escribió esta escena para que la actriz luciese sus habilidades con su propio rostro. De este modo, Bell pasó tres larguísimos minutos (en el metraje: vete tú a saber cuántos más en el plató) agarrándose al capó de un Dodge Challenger, mientras un Kurt Russell enloquecido trata de hacerla caer a base de bandazos.

El ultimátum de Bourne (2007)

¿Por qué hizo historia? De ventana en ventana, y salto porque me toca darle una paliza a otro sicario. La saga de acción más tremebunda del Hollywood actual tuvo uno de sus momentos cumbres en esta combinación de acrobacias vertiginosas y combate cuerpo a cuerpo: todavía nos preguntamos cómo se las apañó Paul Greengrass para que su cámara siguiese a Matt Damon en el minuto 1.37 del clip.

El caballero oscuro (2008)

¿Por qué hizo historia? Christopher Nolan pueden hacérsele los reproches que se quiera, y su trilogía de Batman no está por encima de las críticas. Pero esta escena fue ejecutada sin efectos digitales, con un amor morboso por el detalle y, last but not least, con un camión de 32 ruedas dando una vuelta de campana. A fin de que los edificios circundantes no acabaran hechos papilla por el numerito, la caída del tráiler fue guiada por un dirigible.

Misión: Imposible – Protocolo fantasma (2011)

¿Por qué hizo historia? Empezábamos este informe con un desafío a las alturas, y terminamos con otra igual de espectacular, sólo que algo menos cómica. Porque, según pudo verse en su día, Tom Cruise no se cortó un pelo a la hora de trepar por la fachada del Burgh Khalifa, el edificio más alto del mundo, sin apenas recurrir a los efectos digitales. Y eso que Brad Bird, el director, es un experto en la materia gracias a su trabajo en Pixar. Como diría Ethan Hunt, «¡Enciende la mecha!».

3,2,1… Este artículo se autodestruirá

Sayonara babies